La ergonomía se tiene en cuentan en muchos aspectos de la vida. Tanto en el trabajo como en casa tener un acceso sencillo a lo que usamos habitualmente, además de evitar perder el tiempo, disminuirá la aparición de molestias físicas. De hecho, tal es la repercusión de esta ciencia que se aplica en cualquier lugar de la vivienda como por ejemplo la cocina. Si estás pesando en realizar una reforma de cocina y quieres hacerla lo más ergonómica posible, no dudes en seguir estos consejos.
Más allá del diseño y el mobiliario, la ergonomía en la cocina resulta fundamental. Tener todo a mano aportará confort y practicidad a esta estancia tan importante en un hogar.
Por ejemplo de nada nos sirve medir dos metros y tener la encimera a una altura baja o ser bajitos y poner el mobiliario lo más alto posible. Convertiremos un espacio donde la funcionalidad y el diseño son primordiales a un lugar incómodo y donde se desaprovechará mucho espacio.
¿Qué es la ergonomía en la cocina?
La ergonomía en la cocina se puede definir como aquellas acciones que permiten que esta estancia de la vivienda sea funcional. Esto tiene como fin evitar esfuerzos de las tareas más comunes que se realizan en este tipo de lugar.
El objetivo es tener a mano todo lo que usamos habitualmente, de tal forma que evitemos esfuerzos que puedan provocar dolores de espalda, en las articulaciones etc. A pesar de que puede parecer un aspecto poco importante, esta ciencia se tiene en cuenta en muchos aspectos en una cocina como la altura de los electrodomésticos, la ubicación de los utensilios, la altura de la encimera etc.
¿Qué aspectos se deben considerar en la distribución y ergonomía de una cocina?
Si estamos pensando en efectuar una reforma de cocina nosotros mismos, deberemos tener en consideración este tipo de aspectos. Por eso, antes de abordar este escenario, es conveniente seguir una serie de pautas para que su diseño sea correcto.
Lo primero a tener en cuenta es la distribución. Colocar el mobiliario, electrodomésticos… de forma que se visualice todo y su acceso sea cómodo. En este aspecto hay que tener en cuenta los que se conoce como el triángulo de trabajo. Este término consiste en conectar los principales puntos de la cocina (almacenamiento, preparación y cocción), formando un triángulo.
Relacionado con este aspecto también se debe analizar la altura de los muebles y electrodomésticos. Debemos elegir una altura en función de las personas que viven en ese domicilio. Generalmente, esta altura suele oscilar entre los 85-95 centímetros. De todas formas para saber las medidas exactas, lo más indicado es acudir a profesionales.
Referente a los electrodomésticos, estos deben ir ubicados cercanos a las tomas de corriente, y según el aparato que sea, alejado de la zona húmeda. Su instalación debe evitar posturas poco naturales que si perduran en el tiempo podrán ocasionar dolores musculares.
Por último, también se debe tener en cuenta otros aspectos como el interior del mobiliario o la iluminación. Usar la máxima capacidad de almacenamiento en este tipo de espacios y poder acceder a ellos con comodidad resulta fundamental. Respecto a la ubicación de las lámparas debemos colocarlas en lugares que nos permiten tener una visión clara de los alimentos, así como de los utensilios.
Si estás pensando en reformar tu cocina, no puedes dejar de lado la ergonomía. Siguiendo estos simples consejos, este espacio no solo cubrirá tus expectativas en diseño, sino que aportarán funcionalidad y comodidad a partes iguales.
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