Mucho se ha escrito sobre cuál es el mejor tipo de ventana para el hogar. Aluminio, PVC o madera son los tres materiales que encontramos en el mercado. Todos tienen sus ventajas y desventajas, pero si queremos evitar las tareas de mantenimiento, la madera da mucho más trabajo que el aluminio o el PVC.
Es verdad que las ventanas de madera le dan un toque más cálido y en ocasiones rústico a nuestros inmuebles, pero tanto por su rendimiento como por sus costes de mantenimiento, no son la mejor opción.
Barnizar ventanas de madera
En primer lugar, requieren un continuado y costoso mantenimiento si quieres que conserven el esplendor del primer día. Si vives en un clima húmedo, con el paso de tiempo presentan dilataciones y se curvan, dificultando su maniobrabilidad. Por otra parte, lo ideal sería barnizar las ventanas cada 3 años para que estén protegidas de los fenómenos atmosféricos y conserven todas sus propiedades. Además, no debemos olvidar que pueden ser atacadas por insectos como las termitas o la carcoma.
En cambio, el mantenimiento de las ventanas de PVC o aluminio es prácticamente nulo. Solo hay que limpiarlas con agua y jabón cada cierto tiempo para que recuperen su aspecto inicial.
Tampoco hay que omitir que instalar ventanas de madera supone un desembolso económico bastante más elevado que sus competidoras. La materia prima con la que se realizan es limitada y tiene un alto coste medioambiental.
Aislamiento térmico de las ventanas de madera
Aunque la madera sea un aislante natural, hay que tener en cuenta que no todas tienen el mismo aislamiento y cumplen con la normativa del Código Técnico de la Edificación (CTE). Por eso, si te decantas por este material, debes tener en cuenta el tipo de madera y su densidad.
Según esta normativa, los niveles de transmitancia de la madera, que es la cantidad de energía que atraviesa el material, son similares a las de PVC, pero deben llegar a U= 2,2 W/m2K para ser aceptables. Las ventanas de alta gama de madera, cuyo precio aumenta considerablemente, pueden alcanzar hasta U=2,0 W/m2K.
Filtraciones de agua en las ventanas de madera
A esto debemos añadir que las ventanas de madera absorben la humedad, lo que puede provocar pequeñas grietas que filtren el aire o el agua, reduciendo sus propiedades aislantes. Otro aspecto a destacar es que con el paso del tiempo la silicona que une el cristal con el marco comienza a deteriorarse, por lo que tendremos que sustituirla para que no pierda parte de su aislamiento. Algo que con las ventanas de PVC o aluminio no sucede.
Entrada de aire por caja de persiana
Además, la caja de persiana que acompaña a las ventanas de madera no es monoblock como en el PVC o el aluminio. Es decir, no están fabricadas en una solo pieza, con lo que se desperdiciarán sus propiedades, al aparecer corrientes de aire entre las rendijas que separan ambos componentes.
Ventanas de PVC y aluminio con acabado madera
Si eres fiel a este tipo de material y no quieres renunciar a ello, en el mercado existen ventanas de PVC y aluminio con acabado de madera. Mediante el sistema de foliado logran reproducir la estética de la madera, sin requerir mantenimiento y siendo más económicas. De este modo, podrás conservar el estilo rústico de tu hogar, pero con todas las ventajas del PVC o el aluminio.
En Buenos Días Buenas Noches contamos con profesionales especializados en la instalación de ventanas de cualquier material. Si necesitas asesoramiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Escucharemos tus condiciones y te propondremos la mejor ventana, según tus necesidades.
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