El suelo es una de las partes de nuestro hogar que más sufre. El continuo desgaste por la radiación solar, el paso del tiempo y sobre todo, el continuo trajín de ir y venir de una estancia a otra hace que cada cierto tiempo haya que realizar un acuchillado y posterior barnizado del suelo.
Hoy en día tenemos muchos tipos de suelos: de madera, de parqué, de tarima, de tarima flotante… Con el tiempo la madera natural sufre desgasate pero puede recuperar su estado original con la técnica del acuchillado.
Ya hablamos en un post anterior sobre las diferencia entre el parqué y la tarima. El parqué cuyos orígenes se remontan a los suelos del Palacio de Versalles, fue tratado desde el principio como un suelo de madera tradicional. Un método manual que retiraba la capa dañada de la madera a través de cuchillas o rasquetas para posteriormente encerarla o aceitarla. El acuchillado y barnizado de la madera no ha cambiado en su esencia, aunque en las técnicas para realizar dicha restauración, sí. De la mano del desarrollo de la tecnología se han mejorada muchos procesos, especialmente en lo que se refiere al lijado. A continuación os contamos, en un breve resumen, la evolución del acuchillado en estos últimos años.
Evolución de las técnicas de acuchillado
En sus inicios, el trabajo se hacía manualmente, lo que estaba considerado como una labor muy dura y artesana, ya que el acuchillador estaba todo el rato en la misma posición, de rodillas, y debía eliminar la parte dañada del suelo lijándolo y dándole uniformidad. Tras el trabajo de lijado se procedía al barnizado el cual daba al suelo, un aspecto nuevo y brillante. Un ejemplo gráfico de esta técnica, la encontramos en el cuadro Los acuchilladores de parqué del artista francés Gustave Caillebotte.
Afortunadamente con el paso del tiempo y la llegada de la electricidad se comenzaron a fabricar las primeras máquinas de lijado, aspecto que facilitó mucho el trabajo de los acuchilladores. Por aquel entonces existían las máquinas lijadoras de rodillo que eran capaces de pulir el suelo de una manera mucho más rápida y efectiva. El trabajo de acuchillado se dejaba exclusivamente para zonas inaccesibles con las máquinas como esquinas y marcos.
Con el paso de los años, este tipo de máquinas evolucionaron hasta las máquinas de lija continua. Unos aparatos que se adaptaban a las irregularidades del suelo y que atrapaban las cantidades de polvo originadas por el lijado.
La llegada de barnices, ceras y aceites facilitó la creación, entre otros aspectos, de las lijadoras rotatorias. Similares a las que se usan en canteras o industria pero adaptadas al suelo de madera o parqué. Este tipo de máquinas producen un desgaste en el suelo, dando lugar a unos acabados más finos, uniformes y facilitando el acuchillado de suelo.
Hoy en día, las máquinas de acuchillado recogen casi todo el polvo generado. De esta manera, junto con los últimos avances en lijadoras es posible acuchillar y barnizar una vivienda de una manera más rápida, limpia y ocasionando las menores molestias posibles a los inquilinos.
Tipos de suelos de madera que puedes acuchillar
Al igual que han evolucionado los trabajos de acuchillado, los tipos de suelo que se pueden acuchillar también lo han hecho. Suelos flotantes como el parqué o la tarima que se ponen encima del viejo suelo pueden también acuchillarse siempre y cuando sean suelos de calidad. Un parqué flotante o tarima flotante de madera natural y con el suficiente grosor puede soportar un acuchillado. Eso sí debes asegurarte que tus suelos están en buen estado.
Unos suelos en mal estado, a causa del deterioro del paso del tiempo o la aparición de carcoma o termitas, puede ser que no sea buena idea que reciban un acuchillado. Si tienes cualquier duda puedes consultar con alguno de nuestros acuchilladores. Unos profesionales perfectamente cualificados y con una dilatada trayectoria en el sector.
Con este tipo de suelos flotantes conseguirás unas superficies diferentes y con menos historia que el parqué y la madera pero con el mismo fin. Soportar las idas y venidas de los habitantes de la casa y con un único objetivo, decorar el hogar del gusto de los inquilinos y con una gran durabilidad.
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