Las puertas lacadas en blanco son tendencia en decoración y a la vez son un clásico, lo que hace que cada vez en más ocasiones nos planteemos renovar totalmente el estilo de nuestra vivienda con este sencillo cambio, ya que aporta amplitud y luminosidad…
Por ello, en este post os vamos a mostrar cómo podéis lacar una puerta de madera de vuestro hogar u oficina, consiguiendo cambiar su color de una manera muy económica.
A continuación de te explicamos cómo lacar tus puertas en 5 pasos:
- En primer lugar, es necesario retirar todos los accesorios metálicos de la puerta: la manilla y las bisagras. Será necesario que trabajemos en una postura cómoda, por lo que es aconsejable apoyarla bien sobre una superficie sólida, una mesa o un caballete.
- Deberemos lijar la puerta, para retirar restos de la imprimación anterior, y para que agarre bien la que vamos a aplicar. Para lijar la superficie es recomendable usar una lijadora eléctrica y una hoja de grano fino. Una vez lijada, retiraremos el polvillo que se haya producido con un trapo humedecido en alcohol.
- A continuación aplicaremos una capa de imprimación multiuso con un rodillo que conferirá mayor uniformidad y una mayor adherencia a la posterior capa de pintura que vayamos aplicar.
- Una vez seca la imprimación (seguir instrucciones del fabricante del producto) procederemos a aplicar con un rodillo el esmalte laca que hayamos elegido. El que más se utiliza actualmente es el satinado, pero existe una amplia variedad de esmaltes para elegir. Conviene aplicar dos capas del producto sobre la puerta, esperando el tiempo necesario y lijando con una lija suave entre capa y capa.
No olvidemos que deberemos realizar también el lacado de las jambas en el mismo color y con el mismo producto. En este caso una pequeña brocha puede resultar más cómoda para aplicar la laca. - Una vez ha secado bien la puerta, procedemos a volver a colocar las manillas. Y cuando las jambas están secas colocamos la puerta y las bisagras. El aspecto de las puertas quedará totalmente renovado y limpio. Lacar las puertas en blanco es una gran idea para dar un toque más moderno a la estancia, así como para ganar en luminosidad y aspecto de limpieza.
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