A la hora de enfrentarse a una reforma de suelos se debe cuidar hasta el más mínimo detalle. Más allá de instalar un pavimento resistente que combine con el resto de la casa, debemos pensar en que sea funcional. Por ejemplo seguro que a la hora de hacer esta labor, no tenemos en cuenta el tipo de suelo que hay en las otras estancias, si hay un desnivel etc. Para solventar este aspecto están los perfiles de transición cuya finalidad es dar continuidad entre un espacio y otro.
A pesar de que parece un aspecto poco importante, instalar un perfil de transición es la diferencia entre hacer un cambio de suelo bien ejecutado o un trabajo mal acabado.
Si estamos inmiscuidos en una reforma de vivienda, lo que queremos es un resultado sobresaliente, por lo que tenemos que estar pendientes de estos pequeños detalles. Ya sea que lo hagamos nosotros mismos o un carpintero, estos factores marcan la diferencia.
¿Qué son los perfiles de transición?
Los perfiles de transición son una especie de listones del mismo material y color del suelo que sirven para tapar la junta entre dos pavimentos diferentes. Por ejemplo generalmente el suelo laminado de nuestro salón no es el mismo que el de la cocina o baño. Estos perfiles lo que hacen es dar continuidad o cubrir un desnivel y que la diferencia entre estos espacios apenas sea perceptible.
Es un complemento idóneo que lo podemos encontrar en diferentes materiales como el aluminio, madera, PVC etc. Su instalación puede hacerse con adhesivo, carriles de montaje o con tornillos, dependiendo de la superficie a cubrir será más conveniente el uso de uno o de otro.
¿Cómo colocar un perfil de transición?
Instalar un perfil de transición no es una labor muy complicada. Además su colocación será diferente si optamos por uno con adhesivo o con tornillos. Los primeros pasos son similares sólo cambia a la hora de fijarlos al suelo.
Lo primero que debemos hacer es despejar la zona de trabajo, por eso tendremos que retirar la puerta para trabajar con mayor facilidad. Tras este paso, tendremos que medir el espacio y cortar el perfil con la medida adecuada. Una vez hecho esto, toca verificar que lo hemos hecho correctamente haciendo una pequeña prueba para saber si encaja bien o no. Si hemos hecho bien este paso, sólo queda fijarlo al suelo.
Si hemos optado por un perfil con tacos o tornillos, deberemos taladrar algunos agujeros y colocar los tornillos. Por el contrario, la opción adhesiva es mucho más sencilla. Basta con aplicar el pegamento y esperar el tipo de secado, siguiendo las instrucciones del fabricante. Por último si hemos optado por la opción del carril; primero se coloca la estructura en el suelo para luego insertar el perfil de transición. Es la opción menos demandada, pero según el tipo de suelo, a veces su uso es indispensable.
En cualquier reforma de vivienda o cambio de suelo, no tener en cuenta estos pequeños detalles hace que el acabado no sea sobresaliente. Los perfiles de transición son ese aspecto que si no les prestas atención, en vez de tener una casa de 10, la tienes de 9,5. Su correcta instalación y la apuesta por el material más adecuado harán que tu hogar pueda ser portada de cualquier revista de diseño de interiores. Por eso, no dudes en acudir a un carpintero con experiencia en este tipo de labor. Él resolverá tus dudas y sabrá abordar la situación con total garantía de éxito.
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