El día a día en una oficina es un continuo ir y venir de gente. Trabajadores, posibles clientes, proveedores… el movimiento es habitual y en consecuencia las instalaciones se resienten y pueden dar origen a averías imprevistas. Estos fallos, en los casos más graves, pueden derivar en el parón de la actividad con las consecuencias que ello conlleva. Por eso unos trabajos de revisión nunca están de más para evitar este escenario. Más allá de la limpieza, son varias las tareas a realizar en el mantenimiento de oficinas, por lo que lo más indicado es dejarse asesorar por profesionales.
El mantenimiento de una oficina exige organización, ya que dependiendo de las instalaciones habrá que hacer frente a una serie de tareas u otras.
Por ello, la apuesta por una empresa de mantenimiento integral será primordial para que nos resuelva las dudas y nos asesoré sobre los trabajos a efectuar, la periodicidad etc. De esta forma nos aseguraremos de que nuestros equipos, instalaciones o mobiliario esté en perfectas condiciones y los empleados puedan trabajar cómodamente.
¿Qué es el mantenimiento de oficinas?
Podemos definir el mantenimiento de oficinas como aquellas tareas que garantizan el perfecto funcionamiento de las instalaciones. Además en este término también se pueden englobar las labores de limpieza, jardinería… trabajos que dependiendo de las necesidades de cada compañía se dará en mayor o menor medida.
Dentro de las diferentes operaciones, el mantenimiento preventivo es muy importante para evitar fallos. Consiste en revisar los equipos, las instalaciones etc., de forma que nos aseguraremos de su correcto estado y si detectamos algún fallo o pieza desgastada, sustituirla por una nueva. De todas formas a veces esos fallos no se pueden detectar y aparecen averías de forma inesperada. Es entonces cuando entra en escena el mantenimiento correctivo, que consiste en reparar los fallos aparecidos. Esta tarea debe ser efectiva, de tal forma que la empresa recupere la operatividad rápidamente. El ámbito de actuación de este tipo de tareas se centra sobre todo en el sistema de climatización, instalación eléctrica, de fontanería etc.
Tras este punto no podemos dejar de lado la limpieza y desinfección del lugar. Despachos, áreas de trabajo, salas de reuniones etc., son muchas las zonas en las que se debe hacer esta labor, por lo que deberá hacerse de forma periódica, siempre establecida con el cliente.
Junto a estos aspectos, no debemos dejar de lado el mobiliario y la iluminación. Los trabajadores deben tener sus “herramientas” en perfectas condiciones para que puedan desarrollar su actividad con comodidad. Por ello, revisar periódicamente para detectar posibles daños o desperfectos, incrementará su productividad.
Por último, también debemos evaluar la periodicidad de estas acciones. Algunas vendrán marcadas por el fabricante o por una normativa, mientras que otras deberemos ser nosotros, junto con los profesionales, quienes lo establezcan. De todas maneras, las tareas de mantenimiento de oficinas es una labor ardua por lo que la apuesta por compañías especializadas es recomendable. Ellos tienen la experiencia y el personal necesario para encargarse de cualquier tipo de tarea y hacerlo de una forma óptima. Por eso si tienes pensado contratar este servicio, confía en una empresa de mantenimientos integrales para efectuar estas labores.
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